José Carlos Pulido y José Carlos González son ingenieros informáticos de la Universidad Carlos III de Madrid. Y Nao es un robot de aspecto entrañable al que han dotado de inteligencia artificial. El objetivo: ayudar a niños con parálisis cerebral o parálisis braquial. En la segunda edición del Congreso Nacional de eSalud (28-30 noviembre 2017, CODEM) mostrarán su funcionamiento y la tecnología desarrollada en el bautizado como Proyecto Therapist.
Proyecto Therapist es fruto de un consorcio entre la Universidad Carlos III de Madrid, la Universidad de Extremadura, la Universidad de Málaga y el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Una herramienta terapéutica de rehabilitación motriz para niños en la que este robot es capaz de percibir las reacciones del paciente y determinar si hace correctamente sus ejercicios.
Los niños perciben a NaoTherapist como un juguete y eso les da confianza
El robot toma el rol de un terapeuta social, interactivo y totalmente autónomo durante los ejercicios de rehabilitación del niño. Cuando las posturas no se realicen de forma correcta, el robot le indica cómo hacerlas bien para que el ejercicio sea efectivo. Al percibir a este ‘terapeuta’ como un juguete, los niños cogen confianza y les resulta más fácil interactuar con él durante sus sesiones de trabajo rehabilitador.
En Proyecto Therapist trabajan con dos tipos de robots. En la Universidad Carlos III trabajan con NaoTherapist, un robot social con muchas articulaciones. Su objetivo dentro de este proyecto es dotar al robot de inteligencia. En su grupo, Pulido y González se dedican a la planificación de tareas y el aprendizaje automático. Son los que dan al robot la capacidad de decidir qué acciones quiere ejecutar en cada momento. Las planifican y monitorizan para comprobar que se están ejecutando bien y replanificar o cambiar sus decisiones si fuera necesario.
Las emociones se reconocen a través a una cámara. Analizando esas imágenes a través de algoritmos investigados por la Universidad de Málaga se pueden reconocer los gestos del niño y determinar cuando está sonriendo, o cuando está enfadado, y así modificar el comportamiento del robot. En este vídeo del canal de la UC3M explican su funcionamiento.
Por su parte, la Universidad de Extremadura ha construido otro robot con forma de oso llamado Ursus.