La peligrosa moda del biohacking o autoimplante de chips
- 24 febrero, 2016
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- Carlos Mateos
- Posted in eSalud
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Una de las modas más peligrosas relacionadas con la tecnología es el biohacking, o autoimplante de chips en el cuerpo con el objetivo de mejorar sus características sensoriales o funcionales. La tecnología de la información y comunicación aplicada a la salud, eSalud, puede ayudar a muchas personas con limitaciones físicas a traspasar el umbral de sus capacidades.
Existen numerosos implantes que permiten controlar espasmos en enfermedades como la epilepsia y el Parkinson, transmitir órdenes con la mente en tetrapléjicos, exoesqueletos que permiten devolver la movilidad, e incluso ojos biónicos para recuperar la visión. También en personas sanas los chips transdérmicos permiten funciones de localización, como los que disponen los animales de compañía, y hasta otras relacionadas con pagos y domótica. Sin embargo, los biohackers parten de la filosofía de ‘hazlo tú mismo’ y se encargan de implantarse ellos mismos los dispositivos.
[dt_quote type=”pullquote” layout=”right” font_size=”h5″ animation=”none” size=”2″]Los biohackers parten de la filosofía de ‘hazlo tú mismo’ y se encargan de implantarse ellos mismos los dispositivos.[/dt_quote]
El pionero en biohacking fue Neil Harbisson, un artista británico que se implantó una antena en la cabeza, para superar sus limitaciones de percepción del color, y que ha conseguido ser la primera persona en el mundo reconocida como cíborg por un gobierno. La antena le permite escuchar los colores y percibir colores invisibles como infrarrojos y ultravioletas así como recibir imágenes, videos, música o llamadas telefónicas directamente en su cabeza. Dispone, por si fuera poco, de conexión a satélites, lo que le permite percibir colores extraterrestres, según la Wikipedia. Es cofundador de la Fundación Cyborg, una organización internacional dedicada a ayudar a los humanos a convertirse en cíborgs, a promover el ciborguismo como movimiento artístico y a defender los derechos de los cíborgs. Esta fundación tiene su sede en Nueva York pero empezó en el Tecnocampus de Mataró (Barcelona).
La ficción ha explotado esta posibilidad, con la serie Intelligence, en la que un humano está conectado a Internet, como máximo exponente. Los biohackers tratan de seguir esta estela y ya hay movimientos consolidados en Estados Unidos para implantarse amplificadores de señales en los pabellones auriculares y chips en diferentes partes del cuerpo. Desde la Asociación de Investigadores en eSalud (AIES) hemos alertado de los peligros del biohacking. El doctor Ricardo Llavona, miembro de AIES y responsable de Rehabilitación de Ibermutuamur, advierte de las consecuencias para la salud en un reportaje publicado en los periódicos del grupo Vocento.
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Periodista. Director de la agencia de comunicación, COM SALUD. Vicepresidente de la Asociación de Investigadores de eSalud (AIES).